Aguas termales en “La Hermida”.
En los Picos de Europa hay un lugar que es mágico para cualquier aventurero,
pues ofrece el descanso y la recuperación que todo amante de la montaña busca después de una o varias jornadas de esfuerzo y superación.
En el pueblo de “La Hermida”, en mitad del desfiladero más largo de España,
7en el mismo cauce del río Deva encontramos una surgencia de aguas termales, que están ahí, al alcance de cualquiera que quiera aprovechar sus cualidades.
No hace falta cruzar al recién restaurado Balneario de La Hermida, para poder disfrutar del beneficio de unas aguas que manan a sesenta grados antes de mezclarse con las propias del río Deva. Tampoco hace falta pagar por ello pues su acceso es libre.
Las gentes que saben de la existencia de estas aguas termales bloquean en la justa medida el paso del rio para que la mezcla de temperaturas resulte unos 37 grados en las amplias pero cada vez más congestionadas piscinas naturales.
Solo podemos disfrutar de estos baños calientes cuando el río Deva está muy bajo y permite el cierre de las piscinas. Esto es de junio a octubre con suerte.
Aunque hay gente que le gusta disfrutar a cualquier hora de un baño caliente a orillas del río Deva; yo sigo pensando en estirar la jornada con cualquiera de las aventuras que esta zona de los Picos de Europa nos ofrece,
para después tomar un merecido descanso en estas mágicas aguas termales al agotar el día.
Al estar las tremas tan cerca de la vía ferrata «La Hermida» y la vía ferrata «El Milar», suponen un complemento casi obligatorio para cualquiera de estas dos aventuras en los Picos de Europa.
Imaginaros una noche de luna, el cielo estrellado, el cuerpo cansado por el esfuerzo al que le hemos sometido,
rodeado de amigos ataviados con las únicas prendas que el pudor nos obliga, los susurros del río y de las tertulias que la montaña obliga.
Inmersos en la relajante agua termal que se vaporiza sobre nuestras cabezas iluminadas con la cálida luz que del balneario se escapa.
Merecido descanso del guerrero es este pequeño escondite, refugio inseguro de alguna romántica pareja que ve imposible hacerse invisibles en tan concurrido lugar.
Dicen los entendidos que no se debe pasar de los veinte minutos en el agua caliente y que se debe uno meter de vez en cuando en el agua fría del río Deva,
para evitar la deshidratación y las bajadas de tensión. Haced lo que el cuerpo os pida pero tenerlo en cuenta si estáis a cargo de menores. Pues siempre se dijo que en la montaña más vale prevenir.
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